AVISO: Las Autoridades Sanitarias Blogueras advierten que Dinámica Social y Otros Tipos de Interés puede producir felicidad, diversión, ira, reflexión, ganas de mandar a la mierda a alguien y/o aburrimiento aleatoriamente. Por favor, lea con moderación

martes, 28 de octubre de 2008

"Cariño, ¿tú me quieres?"

De nuevo la aún en desarrollo mente de mi hermana (en lo que a la dinámica social se refiere, porque la tipa tiene más de dos dedos de frente) me ha motivado a relatar mi opinión sobre un tema muy candente en las relaciones sociales: los celos. Ahg! No! Bú, bú! Caca! Eso es de antiguos! Sí, sí... y un churrete. La pobre tuvo un instinto básico hace unos días que todos hemos tenido, unos de manera inconsciente y otros por inseguros, por primera vez: poner a su pareja "a prueba". No voy a hacer incapié en los detalles, porque al parecer también me leen sus amigas y, aparte de no querer desvelar la intimidad de mi hermana pequeña, tampoco quiero mostrarles cómo funciona este mundillo, porque aprenderlo así no tiene gracia. El caso es que, inconscientemente, puso a su novio a prueba. ¿Cómo? Intentando ponerle celoso. Y es que muchas veces esas cosas no son premeditadas, casi siempre nacen de intentar gastar una broma; ahora bien, premeditado o no, es una característica del genoma humano. Algún gen tiene que regular eso, porque los celos son puramente instintivos.

Se puede decir que los celos son un tipo de miedo, de ahí su carácter innato. Miedo de qué? De que la pareja se desestabilice. Se desestabilice, cómo? Ah, mireusté, pues de muchas formas. Ver a tu novia hablar con otro tío con mucha emoción, puede ponerte celoso. Que ella se deje abrazar por unos o por otros como si fuese la prima de todo el mundo, puede ponerte celoso. Que le dedique más tiempo a otra gente que a tí, sí, puede ponerte celoso. Que te la encuentres en la cama con otro, dando vueltas de campana mientras el otro la cog..., bueno, es igual, también puede ponerte celoso. Y es normal, oye. Es porque tienes miedo a que el vínculo que habéis formado se esté fracturando. Los celos son sanos, están orientados a reparar. Ahora bien, la forma de manifestarlos de algunos deja mucho que desear a la reparación...

Dicen que los tíos somos más celosos que las tías porque tenemos un carácter dominador, de marcar territorio. Vamos, que sólo nos falta mearnos en un pantalón suyo para que otro macho capte nuestro olor y se retire sin intentar nada. Qué va, hombre! Ellas también son celosas, y mucho! Lo que pasa es que nosotros somos un poco más cortitos y no notamos cuando su instinto posesivo se activa. Imagínense una pareja viendo en el televisor una peli del Van Damme, un tío cachas con un sólo objetivo: Salvar al mundo. Obviamente, el chaval es superior a nosotros, y qué le decimos a nuestra pareja? "Joder, cómo reparte hostias el Van Damme!, verdad cariño?" De repente, anuncios. Volvemos en 5 min. Y sale la tía escultural de los anuncios de crema hidratante, dándosela por los muslos y sonriendo. "Pues se echará mucha crema, pero tiene estrías y piel de naranja... y cierra la boca que estás encharcando la alfombra". Este ejemplo es un poco improvisado, porque básicamente, no creo que haya una sola tía a la que le guste una peli de Van Damme.

Y muchos más ejemplos. Los tíos es que no sabemos disimular los celos demasiado bien, pero ellas sí, y a menudo no lo reconocen, porque son más listas. Vas por la calle con ella y te paras a saludar a una amiga. Charlas un rato con ella y te despides. Al rato: "Quién era esa?" "Una amiga de clase" "Y os conocéis mucho?" "De clase" "Cómo se llama?" "Paula" "Tienes su número?" "Sí, mira: Paula clase". Si ese día no termina preguntándote "Cariño, ¿tú me quieres?", desconfía...

Pero estamos llevando al límite los ejemplos para que resulte más apreciable la idea de los celos. No es mi intención descalificarlas ni a ellas ni a nosotros, sino defender los celos. Pues sí, yo cuando una tía me dice "no me gustan los tíos celosos", no me lo creo y si me dice "yo no soy celosa", nunca me plantearía tener algo con ella. Porque a mi eso del amor liberal... no me va. Que no te gusta cerrarte ninguna puerta, pues perfecto, pero no lo llames amor, llámalo por su nombre: Sexo sin compromiso. Y ya de paso, no tengas pareja, porque no tendría sentido a menos que seas mormón. Los celos son sanos, innatos, y algo que nos diferencia del resto de muchos animales y que fortalece las relaciones. Si todos nos quisiéramos unos a otros y fornicáramos sin temor a represalias, se habría inventado el Romanticismo? La música? La poesía? La bandurria que se toca debajo de los balcones? Es más, existiría la tuna? NO HABRÍA TUNA! QUÉ DESASTRE! De quién haríamos chistes? De qué hubieran vivido Jesús Puente e Isabel Gemio? Amigos, los celos son un medicamento para la relación, así que tómenlo, pero con moderación, y cuidado con los efectos secundarios. Sean felices y celosos.

Dedicado a Rafa y Gema, que aún no se medican y sin embargo tienen una relación que da gusto verla. Un abrazo.

Yo sé lo que es el amor, y el amor no se comparte con todo el mundo. Amar es desconfiar, amar es temer, amar es exigir, amar es codiciar. Amigos míos, no existen los grandes amores sin que haya grandes celos. ¡Os amo, cachos de carne!
Bender Doblador Rodríguez

domingo, 19 de octubre de 2008

El sentido de la vida


"Agu, para tí, ¿cuál es el sentido de la vida?", me preguntó mi hermana pequeña hace unas cuantas noches. "Silvia, ¿te has fumado un porro? ¿A qué viene esa pregunta?" le dije, haciendo gala de mi infravalorado humor ácido. "No, idiota, es para un ejercicio de Ética", replicó la más pequeña de los tres hermanos. Ética. Moral. ¿Dónde ha quedado todo eso, desde que la fuente principal de la que emana la educación es la televisión o Don Google? Me pareció una pregunta inusual para una niña de 15 años, así que mientras buscaba una explicación sencilla sobre qué es el sentido "standard" de la vida, esa vocecilla de mi interior, pervertida por la cerveza, la sociedad actual y mi muy amado sentido varonil me dijo "El sexo, claro. Ese es el sentido de la vida. Acuérdate del Sábado..." Pero por suerte mi conciencia reaccionó como el Madrid, en el último momento. Mi hermana pequeña me estaba preguntando para qué vale la vida, y por qué merece la pena vivirla. Dadas las circunstancias tuve que meditar sobre el hecho...

¿Y cuál es el sentido de la vida? ¿Hay o debe haber uno único, o cada uno le da sentido a su vida a su manera? Por un lado tenemos las corrientes religiosas, pobres borregos que necesitan que alguien les diga qué es lo que tienen que hacer y de los que personas "hieresensibilidades" como yo no tenemos más remedio que compadecernos. El sentido de la vida es la Fe Ciega, según la religión. Y ciega con mayúscula, como el amor. El creyente vive para complacer a su dios o dioses, según dictan sus "representantes", aunque con ello tengan que arriesgar su propia felicidad. Que le pregunten a Abraham, el de la Biblia. Sin embargo, para esta gente, el hecho de que hay una mano directora que maneja sus vidas y que es todopoderosa y bondadosa al máximo, les produce un efecto sedante. Si son buenos, al cielo; si no, a tomar por culo. Ser una buena persona les ayuda a acercarse a su Dios y, de alguna manera, autorrealizarse. "Tranquila señora, su marido ya está con el Señor" "Ah, bueno. Me quedo más tranquila" "Eche usted, eche usted dinero en el cepillo, no sea que descontente al Señor" "Uy! Dios me libre! Tome, tome" Borregos. Sedados. La religión es, ha sido y será el Opio del Pueblo. Hay otras formas de creer en un Dios sin tener que alimentar al cabrón obeso del obispo.

Por otro lado, la filosofía ya se encargó de elaborar teorías al respecto. "Pues deberías hablar de la pirámide de necesidades de Maslow, nena" le dije a mi hermana tras haber meditado un rato. Se produjo un silencio incómodo y caí en la cuenta de que tenía que explicarle que carajo era eso.
"Es una pirámide dividida en 4 escalones. En el más bajo, el más necesario, está la Supervivencia. Para vivir, el hombre necesita ante todo sobrevivir. Luego está el siguiente, donde creo recordar que estaban la necesidad de la seguridad, la vivienda y la propiedad. El tercero esta regido por el altruísmo (que nadie me corrija, porque me va a dar igual), las acciones desinteresadas que nos llevan al cuarto y último escalón: la Autorrealización, el sentirse bien con uno mismo. Sobre este último deberías hablar. Yo creo que Maslow intentaba decir que el sentido de la vida es ir escalando esta pirámide para llegar al último, que es como una especie de estado de éxtasis. Cuando uno está bien consigo mismo, no necesita nada más nena" "¿Me lo dictas?"

Yo creo que a Maslow se le escapó algo, y es que las acciones desinteresadas no existen. Cualquier acción, por solidaria que sea, trae consigo el hacernos sentir mejor con nosotros mismos. Además, creo que este final de etapa, la autorrealización, encaja a la perfección con el nuevo y moderno concepto que se está creando del "Karma", gracias a la serie "Me llamo Earl" o a un servidor que ha sabido sacar provecho de ello (ya os contaré cómo ;D ) Aunque el Karma es más bien religioso, proveniente de doctrinas orientales, tiene un concepto filosófico que merece la pena analizar, que es la ley causa-efecto. Si tú haces una acción buena, una fuerza "cósmica" o el Karma en sí te recompensará; sin embargo si eres egoísta, vanidoso, sobervio y gilipollas esta fuerza cósmica te terminará pasando factura. Obviamente, un hombre de ciencia como yo no cree tales patrañas. Pero al igual que con Maslow, creo que al Karma también se le escapó algo, y es que esa fuerza cósmica no es una fuerza sobrenatural, es nuestra propia conciencia. Cuando alguien hace algo bueno, por ayudar, con el corazón, da igual lo que pase después, se sentirá feliz. Y siendo feliz, cualquier cosa nos emociona. Desde un atardecer, un beso prestado o la llamada de un amigo. Cambia el color del cristal con el que se mira, como decía Campoamor. Y es que uno, cuando tiene limpia su conciencia, ve todo de color de rosa (menos yo que lo veo rojo, porque soy un machote). En fin, con todo esto expuesto, comencé a dictarle a mi hermana (ya me castigará el Karma, por hacerle los deberes yo a mi hermana...)

"¿Lo tienes todo?" "¿Sí, ya está?" "No Silvia, añade una conclusión, que siempre queda mejor" "Vale" "Venga, apunta:"


En conclusión, y desde mi punto de vista, el sentido de la vida no es otro que el de vivirla. No se puede vivir cuando tu vida no tiene sentido. Y, para vivirla, vamos preparando un camino que nosotros mismos escogemos y del cual luego nos arrepentimos o nos alegramos. Pero lo que es seguro es que ese sentido lo creamos nosotros, siempre con el fin de llegar a una meta: la satisfacción personal, unos de un modo y otros de otro, y sentirnos completamente realizados. Lo demás, poco importa.

Para estar siempre al día...